¡Muy buenas, Lenguarados!
Hoy, me acerco a vosotros para mostraros una imagen que volví a ver hace no mucho, "trasteando", indagando imágenes de Tonucci para colocarlas en un trabajillo de la universidad... Me hizo gracia recordarla porque refleja exactamente lo que pensé cuando el profesor de Psicología del Desarrollo (Antonio) nos planteó la práctica... "¿que vayamos a un niño con bolitas de plastilina y observar si ve que siguen "iguales"? Dirá, evidentemente, que hay más cantidad en las bolitas pequeñas, porque es obvio que uno es un número menor..." Conclusión: los niños lo hicieron a la perfección, verderos hachas para esta clase de "experimentos", pero yo... "madredelamorhermoso", yo soy un verdadero fracaso como conejillo de indias... De hecho, creo que tengo un serio problema con las conservaciones físicas... ¿Me habré quedado en la etapa preoperacional? Estoy en plena crisis existencial... Pobre Jean Piaget... Si levantara la cabeza y me leyera... ¡Jejeje!
Bromas a parte, me ilusiona recordar con cariño (y un poco de tristeza, porque muchos conceptos se me están olvidando) una asignatura ya cursada por todo lo que me aportó (y aporta). De hecho, es agradable volver la mirada hacia atrás, y recordarme alucinada por todo lo que me hizo descubrir y/o reflexionar:
- Entendí por qué mi sobrino, cuando era más peque, no entendía que yo viviera lejos de Barcelona y que por eso no podía ir a verle todos los días.
- Me encantó reflexionar sobre lo complicado que son los pensamientos abstractos, aprenderlos, asumirlos.
- Ese "egocentrismo" que tienen los peques.
- El concepto "mañana"... no es moco de pavo...
- ¿Y lo hipotético-deductivo? ¿Qué me decís de eso?
- La ironía...¡buf! ¡¡¡Un mundo por explorar!!! Claro, ¡mi sobri no pillaba ni una y me miraba con cara de interrogante! Normal.... no le cuadraba nada....
- Por qué los juguetes son como son... Menudos Reyes di el año pasado: que si el color, la textura, qué buenos son los espejos por Dios... y qué cansina soy yo cuando hay un tema que me apasiona... ¡Jejeje!
- Entendí uno de mis miedos de peque: que mis peluches (o la muñeca de porcelana diabólica que me regalaron) cobraran vida a media noche... Claro, animismo...
- Y muchas reflexiones más, y más...
También empezamos a avanzar conceptos como la atención, percepción selectiva, memoria y mnemotecnia... que veríamos con mayor detenimiento en la siguiente asignatura que cursamos en el segundo cuatrimestre y que me gustó incluso más: Psicología de la educación... Pero de ella, quizás os hable otro día y enseñe algún trabajillo individual que hice... Hoy no que ya me estoy pasando del tiempo que le quería dedicar a esta entrada... Solo os adelanto, que me encantó, de veras... De hecho, los días que tenía esa asignatura, iba hasta más contenta a la universidad, en serio, me motivaba por sí sola. Además, admito que el docente que la impartía (y supongo que imparte) se notaba que sabía de lo que hablaba, ponía ejemplos claros y acercaba los conceptos al alumnado que le escuchaba... en definitiva, hacía que la asignatura no perdiera ni un ápice de su encanto. Por lo menos es la sensación que tuve y mantengo.
En fin, me voy a dormir satisfecha porque hoy he hecho algo que no va acompañado del verbo "debo" sino que viene muy de la mano de otro mucho más agradable: APETECER... Sí, me apetecía escribiros y me he dado el gusto antes de irme a dormir, así que he dejado a un lado todos los "debo" para pasar este pequeño ratillo con vosotros.
¡Ah! Antes de irme... (parece que me cuesta despedirme, ¡¿eh?!) quisiera comentaros solo una última cosa.... simplemente recomendaros un libro que nos aconsejaron a toda la clase el año pasado y que se convirtió en mi libro de Sant Jordi 2012 (todo un honor, no vayáis a pensar que no) y es: Con ojos de niño de Francesco Tonucci, también conocido como Frato. En él, podréis encontrar esta viñeta que ha provocado esta entrada y muuuuuuuuuuuuuuuuuuchas más.
Ahora ya sí que sí... Buenas noches Lenguarados, muchas gracias por seguir ahí y felices sueños ;)
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